Cuando llegamos a Menorca, nos recibe normalmente el sonido del mar golpeando contra la orilla de alguna cala o contra las rocas en algún área de acantilados. Vemos también, si estamos cerca, las siluetas urbanas de Mahón o Ciutadella, o las casitas blancas y costumbristas de pueblos como Binibeca. Nos rodea la cosa, el bosque … Continuar