Todos asociamos, por regla general, hacer turismo en verano, si bien es cierto que las temperaturas suaves y unas condiciones climáticas más agradables nos incitan a la aventura de conocer lugares paradisíacos, no es menos cierto que el invierno tiene un encanto especial.
La isla de Menorca es uno de esos destinos que nos permite descubrir su magia, en unas fechas en las que no aprieta el calor y no hay aglomeración, unos meses en los que podemos movernos libremente por esta maravillosa pequeña gran isla, bañada por un cálido Mediterráneo.
Disfrutar de unas vacaciones inolvidables no se reduce a sol y playa. Si la temperatura no nos invita a darnos un baño y tumbarnos en la playa, podemos disfrutar de la belleza de sus paisajes y realizar infinidad de actividades, sin la contrapartida de vernos envueltos entre una multitud de turistas. Un paseo tranquilo al ritmo de los sonidos de la naturaleza, un paseo a caballo o en bicicleta, navegar en canoa o una travesía en barco, una ruta gastronómica para deleitarnos con nuevos sabores y aromas, pasear libremente por el casco histórico de Mahón y Ciudadela, visitar los yacimientos arqueológicos de Torre d’en Galmes o la Naveta d’es Tudons, recoger setas (con 150 especies comestibles), etc.
Para los amantes del surf y del windsurf, Punta Prima nos regala olas de gran tamaño, el sueño de los surfistas. El reto es tuyo, eres tú quien pone los límites.
Si algo no te puedes perder es una visita a alguno de los siete faros que ofrece Menorca, entre los que destacan el Faro de Favaritx, rodeado de bajos acantilados que forman un paisaje lunar de lo más impresionante, o el faro de Punta Nati, construido hace más de cien años para evitar los naufragios que tenían lugar en aquella época en la costa norte de Ciudadela. Este faro es perfecto si lo que quieres es disfrutar de una hermosa puesta de sol.
La amplia oferta de alojamiento en Menorca, unida a la poca afluencia de turistas en la época invernal, nos da la posibilidad de elegir y conseguir muy buenos precios, sin tener que preocuparnos de reservar con antelación, como ocurre en verano.
¿Por qué no te das el capricho, este invierno, de visitar Menorca?
Disfrutar de majestuosos paisajes de ensueño que despiertan los sentidos, escuchar el sonido de las olas, apreciar la fragancia de las flores, el canto de los pájaros, la caricia de una fresca brisa…es un auténtico placer que no te puedes negar.
¡Te esperamos en Menorca!
