La nueva normalidad se acerca y, con ella, al reapertura de las playas en condiciones de seguridad, pero todas ellas deseando recibir visitantes ansiosos de divertirse y relajarse. Menorca, una de las islas más bellas del archipiélago balear, se caracteriza justamente por sus numerosas calas, todas diferentes y sombrosas.
Entre las muchas que podríamos nombrar destaca la playa de Son Bou por ser la más grande de Menorca. Amplias extensiones de arena salpicada de retazos de vegetación verde, la panorámica urbana a un lado y el inmenso azul del mar al otro, hacen de ella una visita obligatoria para unas vacaciones soleadas. Veamos con más detenimiento qué hace tan especial a esta playa:
Las vacaciones familiares que estábamos deseando
Los 3 kilómetros de arena blanca de la playa de Son Bou no solo ofrecen la naturaleza más exuberante en verano, sino una carta de servicios ideada para las familias. En la zona urbana podemos encontrar restaurantes, supermercados, un centro comercial, alquiler de rutas a caballo y hasta un parque acuático.
Un amplio abanico de ocio
No solo es posible dar paseos y bañarse en la playa de Son Bou, sino también practicar numerosos deportes acuáticos. Montar en kayak, hacer snorkel y practicar surf son algunos ejemplos de formas de ocio a nuestro alcance si en algún momento nos cansamos de tomar el sol en este idílico paisaje.
Visita exprés al pueblo de Alaior
A solo 8 kilómetros de la playa de Son Bou se encuentra este pintoresco pueblo, que también merece una visita si vamos con la idea de sumergirnos en la vida más costumbrista de la isla. Si combinamos el bello paisaje de la playa con las calles empedradas de aire antiguo de Alaior, el día puede ser insuperable.
Si te interesa saber más de este fascinante pueblito, aquí puedes ampliar información.
Historias del pasado remoto
Si nos apetece visitar algún que otro monumento del rico pasado isleño, siempre podemos visitar las ruinas de la basílica paleocristiana que se alzan en el este de la playa de Son Bou y que fueron descubiertas en 1951. En el exterior de las ruinas hay incluso una necrópolis, así que los amantes de la historia antigua no quedarán decepcionados.
La playa de Son Bou es, en definitiva, una parada que todos deberíamos hacer si nos vamos de vacaciones a Menorca buscando las maravillas de la costa.